viernes, 10 de diciembre de 2010

Las carreteras de Costa de Marfil, primeras víctimas de una década de crisis

10 de diciembre de 2010 • 06:10

Comentarios



El primer presidente de Costa de Marfil, Félix Hufué Buañí, fallecido en 1993, dejó el país en una situación estable y próspera, con las mejores carreteras de África Occidental, unos logros arruinados por una década larga de guerra civil y crisis política aun sin resolver. Aprovechando los importantes ingresos generados en los años sesenta por las exportaciones de cacao y café, Hufué Buañí construyó una excelente red de carreteras para posibilitar una circulación fluida de personas y bienes, tanto en el interior del país como entre Costa de Marfil y los países vecinos.

Después de más de una década de problemas políticos y abandono de las infraestructuras, buena parte de las calzadas se encuentran destrozadas, lo que lleva a que los viajes por carretera sean un auténtico martirio para los transportistas y viajeros. Los 350 kilómetros que separan la frontera entre Burkina Faso y Bouaké, la segunda ciudad de Costa de Marfil, se recorrían antaño en cuatro horas, pero hoy los enormes agujeros que plagan las carreteras obligan a los conductores a circular a velocidad de tortuga para no romper los amortiguadores. El recorrido de casi 200 kilómetros entre la localidad de Uangolodugu y Katiola es un verdadero quebradero de cabeza para los conductores, sobre todos para los camioneros que van del puerto de Abiyán hacia Mali y Burkina Faso.

Pero el mal estado de las carreteras no es la única dificultad con la que se encuentran los conductores y viajeros, pues también hay interminables puntos de control de seguridad de los milicianos de las Fuerzas Nuevas, que controlan la zona. Los vehículos tienen la obligación de detenerse en los distintos puntos de control, unos veinte entre la frontera con Burkina Faso y Bouaké, mientras que la duración de la parada depende del humor de los milicianos o de la "propina" que reciban de los conductores.

En ocasiones, los efectivos de las Fuerzas Nuevas retienen a los vehículos en los puntos de control durante más de una hora, lo que afecta especialmente a los camioneros. "Nosotros estamos acostumbrados y lo tomamos con calma", dijo a Efe Mousa Diarra, cuyo camión con carga de pesticidas tuvo que permanecer una semana en el puerto de Abiyán a causa del actual conflicto postelectoral, en el que el país se ve amenazado por al reanudación de la guerra civil, con dos presidentes y dos gobiernos. Con su camión ahora atrapado en una larga cola en la localidad de Katiola, ubicada a 55 kilómetros de Bouaké, Diarra, que recorre esa ruta desde hace más veinte años, no presenta el menor signo de impaciencia.

Diarra admite, sin embargo, que este conflicto justifica el refuerzo de medidas de seguridad y afirma que su deseo es que el país, antes considerado la locomotora económica de África Occidental, llegue a la paz lo antes posible para que las carreteras vuelvan a ser lo que eran. Los años de crisis vividos en la última década han frenado el desarrollo económico y social del país, especialmente en el centro y en el norte, bajo control de los ex rebeldes de las Fuerzas Nuevas, cuyo líder, Guillaume Soro, ha sido primer ministro del Gobierno de unidad tras la firma de la paz en 2007. "Todo está parado por aquí a causa de los conflictos. No se ha realizado desde el inicio de la crisis (hace más de una década) ningún proyecto importante en la zona", comentó a Efe Adama Bakaoyoko, corresponsal de una agencia de internacional de noticias en Bouaké.

Un clima de total tranquilidad reina en esta ciudad, la capital de las Fuerzas Nuevas de Soro durante la guerra, de 2002 a 2007, que aún sigue controlada por los antiguos rebeldes, y las actividades transcurren en calma, mientras la administración y los comercios funcionan con normalidad. El toque de queda decretado por el presidente, Laurent Gbagbo, que lleva en el poder desde 2000 y que pretende permanecer otro lustro, aunque no ha sido reconocido por la comunidad internacional, no rige en absoluto en Bouaké, como pudo confirmar Efe.

Por la noche, la Calle Princesa, donde están concentrados los pequeños restaurantes y bares, sigue su vida con animación en esta ciudad, que apoya como presidente a Alassane Ouatara, reconocido como ganador de los comicios presidenciales del pasado 28 de noviembre por la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) de Costa de Marfil y la Comunidad internacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario